Gran Teatro Guiñol - Laura Deitx |
La vida es
un corto drama de teatro improvisado. Siendo el guión papel quemado,
y el resto de personajes algo imposible de manejar o predecir, nos
vemos obligados a responder de forma rápida ante los acontecimientos
que sobre el entablado se desarrollan. A veces el atrezzo es más
elaborado, otras, es más pobre pero en todas lo hay al igual que los
focos que algunas veces son brillantes y otras son oscuros, pero no
lo podemos saber, claro. Ante nuestra tremenda incomprensión e
ingenuidad nos preguntamos: ¿Quién es nuestro público? ¿Habrá
alguien manejando los focos, moviendo el atrezzo, al resto de
personajes o incluso a nosotros mismos? ¿Qué hay en la profundidad
del decorado? ¿Qué hay más allá? Según algunos solo hay un
montón de cajas y estanterías que por su afán de belleza
permanecen empolvadas, según otros lo que hay es un paraíso en el
que la decoración será perfecta y el público que parece
inexistente durante la representación nos aplaudirá calurosamente.
Sin embargo hay uno muy especial, uno que se dedica a escribir
(vulgar tarea) sobre lo que le rodea y a colarse con sus libros cual
ratero en el atrezzo de los demás, es un descarado lo sabemos pero
por otro lado nos enamora como el que más. Consigue que veamos el
atrezzo más hermoso siendo éste el mismo y a los personajes más
cálidos siendo éstos no más que parte de un engaño, un conjunto
de improvisaciones en que consiste, esta corta obra de teatro.
Hacía años que no realizaba un comentario a un cuadro, pero definitivamente lo haré más a menudo porque la experiencia me ha gustado. ¡Nos leemos!
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