domingo, 10 de mayo de 2015

De tinta propia: Del diario del genio

10/05/2015
He comenzado a realizar mis trabajos de estudio con la única compañía de música clásica con objetivo de investigar acerca de mi propia mente ¿Será una molestia o un apoyo? De momento no he podido comprobarlo pero cuando realice los próximos exámenes podré comprobar si los antiguos genios podrán inspirarme.
Necesito confianza. Es la conclusión a la que he llegado después de pensar en mi propia mente, necesito reforzar mi oratoria y para ello la confianza será fundamental. La escritura de este diario y los intelectuales del pasado me respaldarán.
La escritura en la plataforma “Blogger” está decayendo puesto que mi distribución del tiempo es errónea aunque no tengo intención alguna de corregirlo puesto que prefiero ignorar la esclavitud a la que nos somete el tiempo, marcar un horario es absurdo, es la reafirmación, convicción y aceptación de que somos esclavos del tiempo aunque hay formas de escapar de él y burlarlo.
Por ejemplo, los libros. Podemos en el siglo XXI retroceder al XVI sin problema y durante el tiempo que elijamos, en cuanto cerremos las tapas, de vuelta al XXI. Oh, y no nos olvidemos del futuro, sobre el que tenemos más dominio que del pasado. Podemos imaginarlo tantas veces y de forma tan diferente que es abrumador de tan sólo intentar imaginarlo. Cuando llegué dará igual si es tal y como imaginamos o no ya será presente y cuando nos demos cuenta, pasado. Así se puede jugar con el tiempo. ¿Simple, no?

Me aterran los diarios. Quizá será porque me aterra lo que pueda haber dentro de las personas, dentro de mi misma, es ahí dónde los monstruos son reales. Pero también puede haber un poco de luz, esa luz por la que somos amables y por la que existe la benevolencia. Alguien escribió una vez “El mal triunfará, cuando los hombres buenos no hagan nada” yo le habría puesto un complemento preposicional “por impedirlo” aunque si hay un verbo ¿sigue siendo preposicional? Me lo planteo. El caso es que tenía toda la razón del mundo, el mal existe pero siempre se está dispuesto a hacer más por amor que por odio. Por odio estamos dispuestos a ser crueles, pero no a ser empáticos o buenos pero por amor, podemos darlo todo en nuestra infinita bondad por el amado o hacer cenizas la tierra. Podría decirse que creo que el ser humano, tal vez demasiado. 

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